Mi producción se ha visto influenciada por temáticas experimentales y lúdicas que tienen como fin absoluto generar una reflexión en el usuario y cuestionar también si el arte debe o no tener una responsabilidad  social. La disciplina inicial a la que me acerque para explorar estos intereses fue la fotografía, la cual me permitió contener situaciones de la vida diaria que tenían un carácter surrealista.

La fotografía me ha permitido realizar un seguimiento y registro de acontecimientos espontáneos en mi contexto diario. Su practicidad e inmediatez ha facilitado la búsqueda de cuestionamientos plásticos y sociales sin un interés real de cambiar o modificar esas situaciones.

El interés por explorar el camino de la imagen en movimiento me permite integrar elementos  que van desde lo ilógico, el sarcasmo, lo onírico, la burla o la obviedad que muchas veces pasa desapercibida. Todo en su conjunto pretende dar dinamismo a mi propuesta para generar reflexión. La imagen en movimiento aporta de manera inmediata  un pasado y un futuro, es decir, amplia el campo de estimulación.

Me gusta imaginar que puede existir una llamada estética circunstancial o estética implícita. Este tipo de estética que reconozco es aquella cómo la que existe en la propia naturaleza pero que es apropiada o trasladada a la vida diaria por situaciones alejadas de una producción artística.

La producción que viene del inconsciente me resulta una manera honesta de realizar piezas artisticas. El resultado final puede ser dirigido a planteamientos sociales o no, pero esto será logrado con lo elementos que se utilicen en cualquiera de las disciplinas que se desee trabajar.

En los videos pudimos observar el registro de objetos/herramientas en movimiento,  un periódico excitado por el aire, el pasar de lo arboles, las figuras que existen durante un trayecto a un punto especifico, el humear de los barcos, la utilización de un vidrio para generar un atmosfera onírica, son consideraciones y antecedentes que me gustaría hacer presente en mi proyecto final.

El arte contemplativo permitirá que la imaginación domine, alejándonos así de toda regla social y nos invitará a tener una curiosidad por explorar en las situaciones más sencillas y que al descontextualizarlas ofrecerán un asombro por su existencia y por el espacio que comparten con nosotros.