En
la ultima revisión frente a la clase se discutió el cambio tan drástico que
realice a un proyecto que no ha tomado forma desde hace ya un tiempo.
La
falta de claridad en mis ideas sobre saber que animar fue ganando terreno.
Realizar stopmotion requiere de un protocolo muy estricto y de un compromiso
real.
Una
decisión que descartaba mis intereses iniciales forjaron la idea de animar un
cuento corto para dar mayor viabilidad y orden a la realización de mi proyecto.
Las características de mi animación eran principalmente enfocadas a la
utilización de objetos con un valor depreciado por su falta de utilidad. Hablo
de objetos con rasgos en donde el tiempo ha dejado rastro en ellos, dotándolos
de formas o texturas que no pertenecen
de manera autentica a ellos mismos.
La
selección de dichos objetos tiene que ver con la espontaneidad y la
circunstancia de los lugares que frecuento o decido visitar de manera
especifica en busca de ellos. Talleres mecánicos o deshuesaderos de automóviles
serán los principales lugares en los que encontrare los elementos que conformaran
mi animación.
La
falta de narrativa en mi proyecto final se debe al intento de realizar una
búsqueda para encontrar la mejor manera de acercarme a usuarios que no tienen
de manera presente o alterna, un contacto con situaciones en las que su cotidianeidad
se vea interrumpida. Me refiero a sus pensamientos cotidianos y estructurados
por la rutina diaria.
El
deseo de utilizar la técnica de stopmotion y no video, es por la necesidad de
generar movimientos que no sean tan articulados o naturales y que al mismo
tiempo otorguen un anima a todos esos elementos que utilizaré.
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